Hace un año escribí un relato pausado y calmado que gira alrededor de una canción en concreto.
Disfruten de la lectura, disfruten de la música. Disfruten con todos los sentidos este pequeño relato y léanlo lentamente, esa es la clave.
Pongan esta canción: https://www.youtube.com/watch?v=4Tr0otuiQuU
Comiencen a leer:
CLARO DE LUNA MECÁNICA por Miriam Marcuello Hernández - Miri Kitty Steampunk - Lady Marie Steam Photography.
Son las seis de la mañana y los rayos de sol comienzan a reflejarse con formas perladas en el horizonte. Tienes la mirada perdida; observas como el sol sigue saliendo tras miles y miles de años, y no entiendes muy bien porque lo sigue haciendo, porque la tierra ya no es un lugar hermoso para iluminar.
Te levantas del suelo de la azotea y te sacudes el polvo, clavas la mirada dirección contraria al nacimiento del día y observas con terror un mundo lleno de humos, de locura, de millones de luces que se van atenuando con la llegada del astro rey…
Te sientes atado de manos y pies, sientes que el corazón se te hace pequeño y que tus ojos queman ligeramente, dejando caer hasta la comisura de tus labios una pequeña lagrima luciferina. Lames esa perla salada y al instante vuelves a la realidad.
Miras tu reloj de bolsillo y observas de nuevo la hora; en este mundo todo esta dictado por el tiempo y todos siguen un patrón de vida del cual no pueden salir.
Andas hacia la puerta y bajas las escaleras hasta el descansillo número sesenta y seis; tu casa.
Tu casa es un habitáculo de unos escasos treinta metros cuadrados decorado con el máximo gusto victoriano que tu presupuesto puede adquirir. Te gusta, aunque sea pequeño.
Vas al armario y coges la ropa de trabajo y mientras te pones tu blusa favorita, esa de color sepia gastada, enchufas en tu gramófono una canción que te transporta a otro tiempo; “Quasi una fantasia” de Beethoven.
Te colocas enfrente del espejo y tu imaginación flota como flota el zeppelin que deberás coger en el trabajo dentro de una hora y treinta y siete minutos.
Sueñas con la profunda y hermosa luna; señora del firmamento y dama de la noche. Baila sola en la noche, sin estrellas que obstaculicen su danza mágica. La observas moverse con admiración y le tiendes la mano para acompañarla en su lenta y dulce danza. La luna se transforma en una bella señorita con cara fina y clara, se mueve como una pluma y con la precisión que tiene un escritor con su estilográfica. La dulce melódica os consume hasta lo mas profundo del corazón y caéis en un letargo copioso.
Y finalmente despiertas enfrente del espejo; retocas tu atuendo por ultima vez, apagas la música y marchas a un nuevo día lejos de esta ciudad de locos.
Ya en el zeppelin ves empequeñecerse esa ciudad que tanto odias y que piensas que corrompe a los corazones, y suspiras.
Ves nacer bosques, lagos, fauna y flora, inspiras con fuerza hasta que tus pulmones no pueden más y ya abajo; en ese paraíso sin maquinas, sin vapor, sin humos, sin ese calor asfixiante, colocas tus manos manchadas en la hierba húmeda.
Esto es lo que te hace vivir día tras día, este tipo de sensaciones aisladas de aquel mundo de locura.
Te diriges a tu equipo y colocas todo en su lugar correcto; te dedicas a la fotografía, una fotografía difícil y pesada en la cual transportas siempre contigo un pequeño laboratorio químico para poder revelar y una cámara pesada con la que tienes que jugar durante varios minutos para captar lo que más amas.
Y así pasas la mayor parte del tiempo; captando situaciones de belleza, situaciones que esa gente de la ciudad muy pocas veces puede disfrutar. Amas tu trabajo y vivir entre naturaleza.
Pero siempre tienes que regresar a esa ciudad que se destruye con el consumismo, allí consigues que la gente compre tu arte, lo que lleva a que puedas pagar tu habitáculo y tus viajes a esos lugares que tanto amas.
Siempre será ese circulo vicioso y sientes que jamas vas a querer perderlo.
Cuando la jornada ha concluido el sol esta muriendo en el horizonte y recuerdas la canción de esta mañana. Sus notas suenan en tu cabeza hasta que llegas a casa, subes a la azotea y te tumbas en el mismo sitio con el que empezó todo esta mañana.
Buenas noches, luna, espero que jamas tengas engranajes en tu alma y corazón de carbón.
Buenas noches, luna, y reza para que no llegue a ti la destrucción.
Fotografía de: Laura Fernández
Retoque: Lady Marie Steam
TRAJE:
- Blusa con chorreras negra
- Corsé marrón steampunk
- Cinturón con bolsito
- Falda negra con lazos marrones
- Goggles
- Peluca
- Arma customizada por mi
Espero que hayáis tenido una dulce lectura.